La Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom) se suma la tendencia de la mayoría de los países de la UE de garantizar la calidad de las empresas instaladoras de biomasa y ha puesto en marcha el primer sello de ‘Instalador de Biomasa Certificado’ (IBC). “Se trata de una marca que avala la calidad y especialización de las empresas en la instalación, operación, mantenimiento y reparación de instalaciones térmicas de biomasa”, según ha explicado el presidente de Avebiom, Javier Díaz.
“El objetivo es ofrecer al cliente garantías de calidad y control de las instalaciones y poder diferenciar en el mercado a las empresas que ejecutan de forma profesional su trabajo”, ha precisado el presidente de Avebiom durante la presentación de este sello, que ha tenido lugar hoy en la sede del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).
Además, ha indicado que este sello supondrá la puesta en marcha de un registro de empresas certificadas, que estará al alcance de los usuarios, con la posibilidad de que se pueda medir la satisfacción de los clientes mediante un sistema de evaluación directo.
Según las estadísticas del Ministerio de Industria, en España hay más de 30.000 empresas capacitadas para realizar instalaciones térmicas en edificios (RITE). Según estimaciones del Observatorio Nacional de Biomasa, que gestiona Avebiom desde 2009, un 27% de estos ha operado con equipos de biomasa al menos una vez.
En 2017 había cerca de 250.000 instalaciones de biomasa para uso térmico, según los datos de Avebiom. La mayor parte son equipos de pequeña potencia, estufas y calderas de menos de 50 kW para el sector de la calefacción doméstica.
El sello se ha puesto en marcha en colaboración con el Instituto de la Construcción de Castilla y León (ICCL), que actúa como entidad de certificación en todo el territorio nacional.
Para obtener el sello, los instaladores tienen que cumplir una serie de requisitos definidos en la ‘Carta de Calidad’ en cuanto a su organización, el grado de especialización, la experiencia demostrada, las condiciones de prestación del servicio, la respuesta ante el cliente, la disponibilidad de personal técnico cualificado y los recursos materiales disponibles.
Esta ‘Carta de Calidad’ recoge, entre otras exigencias, el compromiso de informar al cliente de las condiciones idóneas en las que debe realizarse la instalación y el mantenimiento, así como el de asesorar para elegir la solución técnica más eficiente; y la obligación de entregar una factura detallada conforme al presupuesto aprobado.
Para acceder a la certificación, la empresa tiene que contar en plantilla con personal técnico de experiencia contrastada y estar inscrita en el registro autonómico de empresas instaladoras.