La biomasa bate récords en los últimos meses

El año de la pandemia, el año de quedarse en casa primero y de refugiarse en las segundas residencias después, ha batido récords de fabricación e instalación de estufas y calderas de biomasa en los últimos meses.

Solo el parón de la actividad comercial e instaladora durante el segundo trimestre del año ha impedido que en 2020 se superasen las ventas de años anteriores. 

Lo más destacable es que, a pesar de la situación, el sector ha demostrado su capacidad para atender de forma sostenida y sin ningún problema a cientos de miles de familias, empresas, servicios públicos de todo tipo y, en especial, a las más de 900 instalaciones que, según datos del Observatorio de la Biomasa de Avebiom, proporcionan calefacción y ACS a centros de salud, hospitales, y residencias geriátricas en toda España. 

 

Impresionante ritmo de instalación de estufas y calderas en el sector residencial

Instaladores, distribuidores y fabricantes de equipos de biomasa trabajaron sin descanso durante la segunda mitad del año. Esta intensidad ha compensado con creces la práctica total suspensión de actividad ocurrida durante la primavera, de manera que el movimiento económico del sector sólo se ha reducido en un 3,4% con respecto al año 2019 y ha generado un volumen de negocio de 344 millones de euros, cifra que incluye también el suministro de pellet y el mantenimiento de equipos.

En 2020 se instalaron 49.589 estufas y calderas de biomasa de hasta 50 kW de potencia. Con esta aportación, el parque nacional de equipos de calefacción alimentados con biocombustibles sólidos se sitúa en 403.618 unidades. De estos, el 98% están ubicados en viviendas independientes.

La tendencia es muy positiva, aunque en números absolutos todavía estamos lejos de países de nuestro entorno, como Francia, que cuenta con 1,2 millones de estufas y calderas de biomasa funcionando, o Italia con 2,2 millones. Las administraciones públicas francesa e italiana promueven desde hace años el cambio de modelo energético hacia las energías renovables en los sistemas de calefacción de las viviendas.

Todos los equipos de calefacción residencial con biomasa consumieron el año pasado en nuestro país alrededor de 505.000 toneladas de pellet y otros biocombustibles de origen natural y renovable como el hueso de aceituna, procedente de la industria del aceite de oliva, las astillas de madera o las cáscaras de frutos secos.

Un dato relevante es que el pellet consumido durante 2020 para calentar viviendas evitó el consumo equivalente de 254 millones de litros de gasóleo de calefacción, 29 millones de litros más sustituidos en comparación con el año anterior, y con ello se evitaron también las emisiones equivalentes a retirar de la circulación 450.000 coches.

 

5.000 profesionales se dedican a fabricar, suministrar e instalar y mantener equipos de biomasa con potencia superior a los 50kW

Al cierre de 2020 operaban en España 14.329 calderas industriales de biomasa -las de potencia superior a 50 kW-, proporcionando energía térmica a comunidades de vecinos, edificios públicos, industrias, complejos comerciales y redes de calor. En total, 925 nuevas instalaciones respecto a 2019.

La potencia total instalada de equipos industriales de biomasa se situó en 7.502 MW, que son 402 MW más que el año anterior. Esta potencia garantizó la producción de una cantidad de energía equivalente al consumo de 1.536 millones de litros de gasóleo.

La cifra de negocio en el sector de la generación térmica industrial con biomasa en el año 2020 se incrementó en un 6,1% respecto al año anterior y llegó a los 599 millones de euros. La cadena de valor de la biomasa ligada a este sector creó 262 nuevos empleos hasta llegar a los 4.989 trabajadores directos. 

 

Ventajas de la biomasa como fuente de energía

La producción de energía térmica con biomasa es un ejemplo de economía circular, en el que se aprovechan astillas de madera, restos de podas, hueso de aceituna, cáscaras de frutos secos u otros subproductos de origen biológico. Además, al sustituir a otras formas de energía basadas en combustibles fósiles, el uso de estas biomasas evita las nocivas emisiones que afectan al cambio climático.

En concreto, en España la biomasa evitó en 2020 la emisión de más de 4 millones de toneladas de CO2, lo que equivaldría a retirar de la circulación 2,7 millones de turismos.

La biomasa es, hoy en día, la principal fuente de energía renovable para calefacción en Europa con una cuota del 85%; tendencia que se mantendrá al menos en el medio plazo.

Se produce de forma local y es renovable, gracias a la fotosíntesis de las plantas. Se obtiene mediante gestión forestal sostenible, lo que mejora el estado general de los bosques en toda Europa.

Su uso como fuente de calefacción renovable reduce el uso de combustibles fósiles y sus nocivas emisiones a la atmósfera que aceleran el cambio climático.

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