El imparable aumento del precio del gas y de la electricidad está espoleando la búsqueda de otras formas de calefacción. En este contexto, las calderas de biomasa se están consolidando entre los consumidores como una alternativa sostenible, eficiente y más barata.
Desde AVEBIOM (Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa) señalan que se ha percibido un aumento importante de venta de equipos pequeños y las sustituciones de calderas de gas por otras de biomasa en comunidades de vecinos y en edificios dotacionales.
Según AVEBIOM, el 14% de la calefacción de España ya utiliza biomasa, un sistema permite obtener la máxima calificación energética de los edificios.
Una energía con precios estables
Tanto la astilla como el pellet son productos muy económicos, con precios muy estables. Frente al encarecimiento y la gran volatilidad del precio del gasóleo y otros combustibles fósiles en la última década, la evolución del precio de estos biocombustibles muestra una clara estabilidad, variando únicamente por la evolución del IPC.
La biomasa cuenta a su favor con la ventaja de que es un recurso que puede producirse en función de la demanda. Además, es una fuente de energía local que no depende de terceros países, refuerza la independencia energética y crea empleo local. La astilla forestal y los pellets son fuentes de energía renovable que provienen de restos vegetales, de podas y de la gestión de los bosques. Si no se aprovechasen, muchos de estos desechos y residuos requerirían un tratamiento para su eliminación.
Otras ventajas de la biomasa
El funcionamiento de un sistema de calefacción y agua caliente sanitaria por caldera de biomasa es similar al del gas natural y el gasoil. Consiste en calentar agua a alta temperatura y hacerla circular por un circuito, de forma que los radiadores expulsen el calor contenido en el agua.
En comparación con la leña tradicional, la astilla y los pellets permiten quemar la materia de una manera mucho más eficiente y completa, aprovechando al máximo su energía y generando una cantidad mínima de cenizas.
En cuanto a su sostenibilidad, la biomasa es una fuente de energía neutra en carbono porque, aunque genera CO2 en el momento de su combustión, hay que tener en cuenta que es masa vegetal que ha absorbido carbono durante todo su proceso de vida y formación.