La biomasa tendrá un papel fundamental a la hora de asegurar la gestionabilidad del sistema eléctrico y poder cumplir con los objetivos energéticos de renovables marcados para 2030. Para ello, según el presidente de APPA Biomasa, Jordi Aguiló, será necesario contar con “una mayor ambición por parte de la Administración y subastas específicas que reflejen el valor real de esta tecnología”.
Las plantas de biomasa de nueva generación, como la que ha sido sede de las declaraciones del presidente de APPA Biomasa, Jordi Aguiló, deben ser una parte fundamental de la sostenibilidad de nuestro futuro sistema eléctrico. Para Aguiló, “deben llevarse a cabo subastas específicas para las centrales de biomasa, dado su capacidad para aportar electricidad gestionable y firmeza al futuro mix eléctrico renovable”. Las declaraciones de Jordi Aguiló han tenido lugar en una visita de prensa a la central de nueva generación Biollano, ubicada en Puertollano, Ciudad Real.
La última versión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, en el que se ha reducido levemente la aportación de esta tecnología a los objetivos renovables de 2030; o el límite de 6.500 horas a la operación retribuida de las centrales de biomasa, son ejemplos de la falta de ambición de la Administración para con esta tecnología.
“Es necesario que se apueste de forma decidida por la biomasa, como una de las tecnologías con mayor impacto socioeconómico en el medio rural. Los beneficios de la biomasa van mucho más allá de la independencia energética o la lucha contra el cambio climático. La biomasa es fundamental para que la Transición Ecológica sea también una Transición Justa para las regiones”, ha explicado Aguiló durante su comparecencia.
La planta visitada, que anteriormente fue una central de carbón, y que tiene una potencia de 50 MW y será pronto acompañada por una instalación gemela, supone un buen ejemplo de las centrales de biomasa de nueva generación que se están instalando en España fruto de las subastas de 2016. Centrales que aportan electricidad renovable y gestionable, además de aportar firmeza y robustez al sistema eléctrico.
Adicionalmente a su contribución a los objetivos renovables eléctricos, que el PNIEC cifra en el 74%, la biomasa es esencial para cumplir con la meta global de renovables en el sistema energético. El PNIEC marca un 42% de renovables para 2030, siendo la electricidad menos del 25% del total por lo que el gran reto energético de la próxima década será la integración de renovables en usos térmicos y transporte.
La bioenergía es, hoy por hoy, la única fuente energética que puede contribuir a alcanzar todos los objetivos planteados. Adicionalmente, se trata de la fuente energética que más empleos genera. “Las centrales de biomasa, así como las industrias asociadas a los usos térmicos de la bioenergía, suponen una auténtica revolución para los municipios donde se integran, tanto a nivel económico como de creación de empleo”, ha concluido Jordi Aguiló.