“El buen comportamiento de los precios de la biomasa como combustible para las calefacciones se ha convertido en un argumento imbatible frente al uso de los combustibles fósiles, porque se ha demostrado que genera un ahorro real e inmediato en la economía de las familias”, asegura el presidente de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom), Javier Díaz, en la comisión de trabajo que analiza los datos del Índice de Precios de la Biomasa Doméstico que publica periódicamente la Asociación.
Los últimos datos del Índice de Precios de Avebiom, referidos al último trimestre de 2017, reflejan la estabilidad del precio del pellet, el hueso de aceituna y la astilla de madera en sus diferentes formatos de venta al consumidor final: en sacos o a granel (servido a domicilio por camiones cisterna).
En el caso del pellet, que es el combustible más demandado, la evolución del precio del saco de 15 kilogramos se ha reducido un 3,37% de media en los tres últimos años.
En diciembre de 2017, el coste energético medio con pellet en sus diferentes formatos era 1,30 céntimos/kWh inferior al del gasóleo C, a pesar del ciclo bajista del precio del petróleo; alrededor de dos céntimos/kWh más bajo que el gas natural y un 40% más barato que el coste energético del gas propano/butano (bombona).
Mayor es aún la diferencia de precios del hueso de aceituna y la astilla de madera, que en diciembre pasado suponían hasta la tercera parte del coste de los combustibles fósiles.
Ahorros frente al gasóleo
Con estos datos, según el informe de Avebiom, una familia que invierte 2.000 euros en gasóleo de calefacción, ahorraría casi 450 euros si utilizara pellet (con sellos de calidad A1 y A2 de la norma ISO 17225-2) e impuestos incluidos; y sólo destinaría 780 euros a este capítulo si consumiera astilla de madera (A1 o A2, según ISO 17225-4).
Además del argumento de los precios, ha añadido el presidente de Avebiom, “la progresiva expansión de la biomasa como fuente de energía térmica se ha visto avalada en los últimos años por la mejora en la tecnificación de los equipos, que ya se pueden controlar desde el móvil, y por su carácter de energía limpia, que contribuye de manera importante a la lucha contra el cambio climático”. Aspectos, todos ellos, “que han influido sin duda alguna al importante aumento de las instalaciones de biomasa en España, sobre todo en el ámbito de la calefacción doméstica”.
El sector de la biomasa genera un negocio anual de casi 4.000 millones de euros y emplea a cerca de 25.000 personas. El aprovechamiento forestal y la producción de biocombustibles explican aproximadamente el 50% del empleo, que se genera fundamentalmente en zonas rurales, donde generalmente se suele registrar un progresivo decaimiento de la actividad productiva.